Tenemos las herramientas y las usaremos
Luchamos por el derecho a saber, sin el cual el derecho a elegir nuestro destino y a votar es, simplemente, una parodia sin sentido.
El derecho a saber implica preservar la integridad de la información así como su trazabilidad y, aún así, conservar la privacidad. Podría decir lo mismo acerca de las transacciones financieras.
Nuestra batalla siempre ha sido y sigue siendo demostrar que la desigualdad frente a los impuestos, a menudo viene dada por leyes impuestas y silencios convenientes, como consecuencia de numerosos secretos injustificables.
Por esto estamos trabajando en una herramienta de control de flujos y transacciones. Representa una oportunidad única para ofrecer más transparencia de arriba a abajo en los sistemas financieros.
De alguna manera, nuestra misión contribuye a restablecer la verdad de la correlación entre interés financiero y los deberes y el poder político. Así es como encontramos a muchos amigos que creen firmemente, tanto como nosotros, que esto es un fortín político que tenemos que llegar a controlar.
Construir muros nos deja solo a nosotros, pobres ciudadanos-votantes, el derecho a pagar por sus errores y a nunca beneficiarnos de éxito alguno.
Debemos derribar los cimientos de este desequilibrio.
Tenemos una estrategia con un objetivo principal: acercarnos paso a paso a una democracia real.
Cuando las decisiones ilegítimas hechas por nuestros políticos son reveladas, nos dan una oportunidad de organizarnos y llegar a una solución. Por esto es por lo que tenemos que entrar en esta batalla electoral.
Por esto nuestra participación es secundaria ante una comunidad, un movimiento, un espíritu de rebatir, una visión.
Estamos sobre todo orgullosos de ser un mero recordatorio de este movimiento que no puede ser representado por nadie puesto que pertenece a los indignados, a Occupy Wallstreet, y esto significa que nos pertenece a todos, al 99 por ciento.
De hecho, una democracia real no puede ser representada por nadie, sino construida por ciudadanos organizados.
Las instituciones tienen que ser controladas por los ciudadanos y servir a los ciudadanos.
Dijeron, dijimos, que como conocíamos la situación era el momento de “hackear” el Parlamento Europeo. Es el momento de cambiar.
Necesitamos que esos miembros del parlamento sean ciudadanos libres de tentación y corrupción, con herramientas para exponer los secretos del sistema a todos nosotros.
El movimiento ciudadano por el que estamos aquí, el Partido X, ha creado una metodología para traer el resultado del trabajo de la sociedad civil organizada al corazón del sistema.
La crisis económica es una forma de esclavizarnos, de convertirnos en una desesperada multitud trabajadora que solo obedecerá. Sabemos a dónde va todo ese dinero y comenzaremos un proceso de control ciudadano de este flujo.
Es una cuestión técnica. Controlar el dinero y no permitir que vaya hacia donde quieren que vaya no es caro. Y un grupo de nosotros puede hacer esto en el corazón de Europa.
Este es nuestro plan. Este es nuestro objetivo.
Tenemos la herramienta y la usaremos.